La media ch’ulla | Los Tiempos

2022-07-29 09:36:15 By : Mr. Daniel Guo

Con un merecido reconocimiento entre los 100 recomendados del Premio Fundación Cuatrogatos, Roswitha Grisi-Huber, autora del libro “La bolita” (2013), nos regala este precioso cuento que ella misma ilustró.

Con un texto sencillo, pero con diversas capas de lectura, Roswitha cuenta la travesía de una media multicolor que se pierde en la lavadora y sale por el conducto de agua de la misma, llegando a lugares increíbles, conociendo animales de la selva americana y sobre todo imponiendo una moda de avanzada: usar medias ch’ullas en ambos pies. 

Este libro que podría ser un álbum por muchas de sus características, de hecho, nos deslumbra con sus dibujos igualmente sencillos pero muy coloridos gracias a la utilización de crayones y pasteles.

Cybele Peña, en su Guía de Estudio: Elementos para evaluar el ámbito formal de un libro-álbum, acertadamente indica que la cubierta es la primera imagen del libro álbum, y por lo tanto su lectura comienza desde ahí. En este caso, La imagen de la cubierta o portada que es una gran media multicolor sonriente, sobre un fondo igualmente colorido, esclarece el significado de la palabra quechua y aymara “ch’ulla”, que significa impar. Es decir que nos vamos a adentrar en la historia de una media o calcetín impar, de esos que hay muchos, muchísimos por el mundo, pues sus pares han desaparecido misteriosamente. 

Por otra parte, la contraportada podría ser considerada la última imagen del álbum y en este caso lo es: la imagen presenta dos medias ch’ullas en los dos pies de una persona. Por lo tanto, ya podemos anticipar lo que puede suceder, esta imagen sella y complementa la historia. Por otra parte, esta ilustración es una respuesta a la imagen de la portadilla: los pies de una persona, uno con la media multicolor y el otro sin media.

Con relación a las guardas, tanto en las guardas del inicio como la del final, aparece la media ch’ulla original, la multicolor repetidas veces. La diferencia es que en las guardas de inicio aparece también en repetidas imágenes una lavadora y en las guardas finales aparecen medias de diversos colores y tamaños y desaparece la lavadora. Por lo tanto, ambas guardas se insertan en la historia y están muy bien logradas.

En cuanto a la portadilla, el título se repite y hay una pequeña leyenda que dice: “…en tu casa también hay una”. Esta acotación más la imagen que ya he descrito de los pies con una sola media, permite un acercamiento con el lector tanto en el significado de la historia como en el aspecto emocional: es verdad, a todos grandes y chicos se nos ha perdido medias y por lo tanto se han quedado ch’ullas. No necesitamos investigar más acerca de esta palabra.

Cuando nos adentramos en las páginas del libro, vemos que las imágenes son las que invaden toda la hoja: son grandes, sencillas y coloridas. El texto va abajo y no pasan de tres líneas, es breve y conciso, la mayoría de las veces acompaña directamente a la ilustración (por eso es que no llega a ser un libro álbum en su totalidad). Sin embargo, Roswitha hace algunos juegos con las imágenes, por ejemplo, cuando pregunta: “¿Dónde está el par? Y en la ilustración es la media multicolor ch’ulla y al lado un signo de interrogación con los mismos colores.

El signo reemplaza a la otra media e indica que ya no se sabe dónde está. Asimismo, en la página siguiente, el texto dice: “La media se ha escondido en el tambor. ¿Sabes cuál es el tambor?” y la ilustración es muestra una lavadora y en el interior, en el tambor, a la media ch’ulla. Y justo al lado, en un pequeño recuadro está el dibujo de un tambor y el texto dice: “No, este no es”. Este guiño de ojo que realiza la autora a sus lectores es muy bueno y divertido porque ella sabe que los niños van a asociar la palabra “tambor” con el instrumento musical y no con el interior de la lavadora.

Es así que la media ch’ulla, la que se pierde, se sale por el conducto del agua; y esto es algo que a menudo pensamos cuando desaparece una media en la lavadora. Entonces comienza la travesía de esta media que llega a un río, luego a la selva y se va encontrando animales exóticos: un bufeo, una pariguana, un oso perezoso, y un tucán que finalmente lo lleva a una playa. En la playa aparece un niño que tiene una media de un solo color y decide ponerse la media ch’ulla. 

Es como si el destino los hubiera unido, y de este encuentro sale algo maravilloso: la moda de usar medias dispares: “Al ponérsela, al día siguiente, el niño y la media irradian tanta felicidad que el mundo se queda asombrado”. Y desde entonces esta moda se impone. El final es simple y puede entenderse como la buena suerte de encontrarse una media ch’ulla porque puede servir para ponérsela con cualquier otra media. Además, como dice la autora, nunca sabremos las aventuras importantes que puede haber tenido una media ch’ulla. Pero, aparte, hay un significado mayor y muy lindo y es el que está asociado al Día Mundial del Síndrome de Down que se simboliza justamente con esta moda de las medias ch’ullas.

¡Todos deberíamos atrevernos a usar medias ch’ullas y a sonreír por el mundo!

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